Cómo se nos despoja de nuestra identidad y se nos encorseta en unos parámetros rígidos y predefinidos... quizás hablaré de todo ésto más tarde, ahora hace demasiado sol y algo de calorcillo (parece que la primavera va perdiendo la timidez de recién llegada) Así que, por el momento, este poema de Gabriel Celaya será más que suficiente.
Autobiografía
No cojas la cuchara con la mano izquierda.
No pongas los codos en la mesa.
Dobla bien la servilleta.
Eso, para empezar.
Extraiga la raíz cuadrada de tres mil trescientos trece.
¿Dónde está Tanganika? ¿Qué año nació Cervantes?
Le pondré un cero en conducta si habla con su compañero.
Eso, para seguir.
¿Le parece a Ud. correcto que un ingeniero haga versos?
La cultura es un adorno y el negocio es el negocio.
Si sigues con esa chica te cerraremos las puertas.
Eso, para vivir.
No seas tan loco. Sé educado. Sé correcto.
No bebas. No fumes. No tosas. No respires
¡Ay sí, no respires! Dar el no a todos los "no"
y descansar: Morir.
Sobre mi nik
Placerdemivida es un personaje de Tirant lo Blanc, una célebre novela de caballerías valenciana del siglo XV. Es una doncella de la corte de Constantinopla que media en los amores entre el caballero Tirante y la princesa Carmesina. También ayuda a otras parejas a unirse, pero paradójicamente no es correspondida por el caballero en el que ha puesto sus ojos. Y es que, al margen de sus pros y sus contras, es inteligente y no se molesta en disimularlo, el único defecto que un hombre es incapaz de perdonar en una mujer... ¿de la "época"?
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sábado, 29 de marzo de 2008
sábado, 15 de marzo de 2008
Determinarse y luego arrepentirse...
Un poema del Conde de Villamedana, para quienes fueron una vez placer carnal y ahora no dejan más opción que el platonismo. Vivir con miedo es vivir a medias.
Determinarse y luego arrepentirse,
empezar a atrever y acobardarse,
arder el pecho y la palabra helarse,
desengañarse y luego persuadirse;
comenzar una cosa y advertirse,
querer decir su pena y no aclararse,
en medio del aliento desmayarse,
y entre el temor y el miedo consumirse;
en las resoluciones, detenerse,
hallada la ocasión, no aprovecharse,
y, perdida, de cólera encenderse,
y sin saber por qué, desvanecerse:
efectos son de Amor, no hay que espantarse,
que todo del Amor puede creerse
Determinarse y luego arrepentirse,
empezar a atrever y acobardarse,
arder el pecho y la palabra helarse,
desengañarse y luego persuadirse;
comenzar una cosa y advertirse,
querer decir su pena y no aclararse,
en medio del aliento desmayarse,
y entre el temor y el miedo consumirse;
en las resoluciones, detenerse,
hallada la ocasión, no aprovecharse,
y, perdida, de cólera encenderse,
y sin saber por qué, desvanecerse:
efectos son de Amor, no hay que espantarse,
que todo del Amor puede creerse
Poemas del Conde de Villamediana
NADIE ESCUCHE MI VOZ
Nadie escuche mi voz y triste acento
de suspiros y lágrimas mezclado,
si no es que tenga el pecho lastimado
de dolor semejante al que yo siento.
Que no pretendo ejemplo ni escarmiento
que rescate a los otros de mi estado,
sino mostrar creído, y no aliviado,
de un firme amor el justo sentimiento.
Juntóse con el cielo a perseguirme,
la que tuvo mi vida en opiniones,
y de mí mismo a mí como en destierro.
Quisieron persuadirme las razones,
hasta que en el propósito más firme:
fue disculpa del yerro el mismo yerro.
******************************************************************
CUANDO ME TRATO MÁS, MENOS ME ENTIENDO
Cuando me trato más, menos me entiendo,
hallo razones que perder conmigo,
lo que procuro más, más contradigo
con porfiar y no ofender sirviendo.
La fe jamás con la esperanza ofendo;
desconfiando más, menos obligo;
el padecer no puede ser castigo,
pues sólo es padecer lo que pretendo.
De un agravio, señora, merecido
siempre será remedio aquel tormento
que cuanto mayor es, más se procura.
Porque para morir agradecido
basta de vos aquel conocimiento
con que nunca eché menos la ventura.
******************************************************************
¡OH CUÁNTO DICE EN SU FAVOR QUIEN CALLA!
¡Oh cuánto dice en su favor quien calla!
porque de amar, sufrir es cierto indicio,
y el silencio el más puro sacrificio
y adonde siempre amor mérito halla.
Morir en su pasión sin declaralla
es de quien ama el verdadero oficio,
que un callado llorar por ejercicio
da más razón por sí, no osando dalla.
Quien calla amando, sólo amando muere,
que el que acierta a decirse no es cuidado;
menos dice y más ama quien más quiere.
Porque si mi silencio no os ha hablado,
no sé deciros más que, si muriere,
harto os ha dicho lo que yo he callado.
******************************************************************
EL QUE FUERE DICHOSO SERÁ AMADO
El que fuere dichoso será amado
y yo en amor no quiero ser dichoso,
teniendo mi desvelo generoso
a dicha ser por vos tan desdichado.
Sólo es servir, servir sin ser premiado;
cerca está de grosero el venturoso;
seguir el bien a todos es forzoso,
yo sólo sigo el bien sin ser forzado.
No he menester ventura para amaros;
amo de vos lo que de vos entiendo,
no lo que espero, porque nada espero;
llévame el conoceros a adoraros;
servir más, por servir, sólo pretendo;
de vos no quiero más que lo que os quiero.
******************************************************************
A LOS PRESAGIOS DEL DÍA DEL JUICIO
Cenizas que aguardáis aquella trompa
para unir las especies desatadas
con que al Juicio Final, serán llamadas
las almas puras con gloriosa pompa,
cuando la voz de Dios, abriendo, rompa
los mármoles y losas más pesadas,
porque salgáis unidas y apuradas
en forma a quien el tiempo no corrompa.
No puede estar ya lejos, pues es cierta
aquella confusión, cuya agonía
los dormidos espíritus despierta.
Antes en este caso juzgaría
que ver cosa inmortal, sin tiempo, muerta,
es ya de los prodigios de aquel día.
Nadie escuche mi voz y triste acento
de suspiros y lágrimas mezclado,
si no es que tenga el pecho lastimado
de dolor semejante al que yo siento.
Que no pretendo ejemplo ni escarmiento
que rescate a los otros de mi estado,
sino mostrar creído, y no aliviado,
de un firme amor el justo sentimiento.
Juntóse con el cielo a perseguirme,
la que tuvo mi vida en opiniones,
y de mí mismo a mí como en destierro.
Quisieron persuadirme las razones,
hasta que en el propósito más firme:
fue disculpa del yerro el mismo yerro.
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CUANDO ME TRATO MÁS, MENOS ME ENTIENDO
Cuando me trato más, menos me entiendo,
hallo razones que perder conmigo,
lo que procuro más, más contradigo
con porfiar y no ofender sirviendo.
La fe jamás con la esperanza ofendo;
desconfiando más, menos obligo;
el padecer no puede ser castigo,
pues sólo es padecer lo que pretendo.
De un agravio, señora, merecido
siempre será remedio aquel tormento
que cuanto mayor es, más se procura.
Porque para morir agradecido
basta de vos aquel conocimiento
con que nunca eché menos la ventura.
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¡OH CUÁNTO DICE EN SU FAVOR QUIEN CALLA!
¡Oh cuánto dice en su favor quien calla!
porque de amar, sufrir es cierto indicio,
y el silencio el más puro sacrificio
y adonde siempre amor mérito halla.
Morir en su pasión sin declaralla
es de quien ama el verdadero oficio,
que un callado llorar por ejercicio
da más razón por sí, no osando dalla.
Quien calla amando, sólo amando muere,
que el que acierta a decirse no es cuidado;
menos dice y más ama quien más quiere.
Porque si mi silencio no os ha hablado,
no sé deciros más que, si muriere,
harto os ha dicho lo que yo he callado.
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EL QUE FUERE DICHOSO SERÁ AMADO
El que fuere dichoso será amado
y yo en amor no quiero ser dichoso,
teniendo mi desvelo generoso
a dicha ser por vos tan desdichado.
Sólo es servir, servir sin ser premiado;
cerca está de grosero el venturoso;
seguir el bien a todos es forzoso,
yo sólo sigo el bien sin ser forzado.
No he menester ventura para amaros;
amo de vos lo que de vos entiendo,
no lo que espero, porque nada espero;
llévame el conoceros a adoraros;
servir más, por servir, sólo pretendo;
de vos no quiero más que lo que os quiero.
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A LOS PRESAGIOS DEL DÍA DEL JUICIO
Cenizas que aguardáis aquella trompa
para unir las especies desatadas
con que al Juicio Final, serán llamadas
las almas puras con gloriosa pompa,
cuando la voz de Dios, abriendo, rompa
los mármoles y losas más pesadas,
porque salgáis unidas y apuradas
en forma a quien el tiempo no corrompa.
No puede estar ya lejos, pues es cierta
aquella confusión, cuya agonía
los dormidos espíritus despierta.
Antes en este caso juzgaría
que ver cosa inmortal, sin tiempo, muerta,
es ya de los prodigios de aquel día.
Poemas de Pedro Salinas
Tú vives siempre en tus actos.
Con la punta de tus dedos
pulsas el mundo, le arrancas
auroras, triunfos, colores,
alegrías: es tu música.
La vida es lo que tú tocas.
De tus ojos, sólo de ellos,
sale la luz que te guía
los pasos. Andas
por lo que ves. Nada más.
Y si una duda te hace
señas a diez mil kilómetros,
lo dejas todo, te arrojas
sobre proas, sobre alas,
estás ya allí; con los besos,
con los dientes la desgarras:
ya no es duda.
Tú nunca puedes dudar.
Porque has vuelto los misterios
del revés. Y tus enigmas,
lo que nunca entenderás,
son esas cosas tan claras:
la arena donde te tiendes,
la marcha de tu reloj
y el tierno cuerpo rosado
que te encuentras en tu espejo
cada día al despertar,
y es el tuyo. Los prodigios
que están descifrados ya.
Y nunca te equivocaste,
más que una vez, una noche
que te encaprichó una sombra
- la única que te ha gustado-.
Una sombra parecía.
Y la quisiste abrazar.
Y era yo.
(La voz a ti debida)
********************************************
La forma de querer tú
es dejarme que te quiera.
El sí con que te me rindes
es el silencio. Tus besos
son ofrecerme los labios
para que los bese yo.
Jamás palabras, abrazos,
me dirán que tú existías,
que me quisiste: jamás.
Me lo dicen hojas blancas,
mapas, augurios, teléfonos;
tú, no.
Y estoy abrazado a ti
sin preguntarte, de miedo
a que no sea verdad
que tú vives y me quieres.
Y estoy abrazado a ti
sin mirar y sin tocarte.
No vaya a ser que descubra
con preguntas, con caricias,
esa soledad inmensa
de quererte sólo yo.
(La voz a ti debida)
Con la punta de tus dedos
pulsas el mundo, le arrancas
auroras, triunfos, colores,
alegrías: es tu música.
La vida es lo que tú tocas.
De tus ojos, sólo de ellos,
sale la luz que te guía
los pasos. Andas
por lo que ves. Nada más.
Y si una duda te hace
señas a diez mil kilómetros,
lo dejas todo, te arrojas
sobre proas, sobre alas,
estás ya allí; con los besos,
con los dientes la desgarras:
ya no es duda.
Tú nunca puedes dudar.
Porque has vuelto los misterios
del revés. Y tus enigmas,
lo que nunca entenderás,
son esas cosas tan claras:
la arena donde te tiendes,
la marcha de tu reloj
y el tierno cuerpo rosado
que te encuentras en tu espejo
cada día al despertar,
y es el tuyo. Los prodigios
que están descifrados ya.
Y nunca te equivocaste,
más que una vez, una noche
que te encaprichó una sombra
- la única que te ha gustado-.
Una sombra parecía.
Y la quisiste abrazar.
Y era yo.
(La voz a ti debida)
********************************************
La forma de querer tú
es dejarme que te quiera.
El sí con que te me rindes
es el silencio. Tus besos
son ofrecerme los labios
para que los bese yo.
Jamás palabras, abrazos,
me dirán que tú existías,
que me quisiste: jamás.
Me lo dicen hojas blancas,
mapas, augurios, teléfonos;
tú, no.
Y estoy abrazado a ti
sin preguntarte, de miedo
a que no sea verdad
que tú vives y me quieres.
Y estoy abrazado a ti
sin mirar y sin tocarte.
No vaya a ser que descubra
con preguntas, con caricias,
esa soledad inmensa
de quererte sólo yo.
(La voz a ti debida)
POEMAS DE WALLADA BINT AL-MUSTAKFI (Córdoba, año 994)

Todo un hallazgo los escritos de esta poetisa del siglo X, cuando era muy improbable que la sensibilidad femenina se hiciera escuchar. Para que lo disfruten todos los amigos del blog.
CUANDO CAIGA LA TARDE
Cuando caiga la tarde, espera mi visita,
pues veo que la noche es
quien mejor encubre los secretos;
siento un amor por ti,
que si los astros lo sintiesen,
no brillaría el sol,
ni la luna saldría y las estrellas
no emprenderían su viaje nocturno.
TRAS LA SEPARACIÓN...
Tras la separación ¿Habrá medios de unirnos?
¡Ay¡ los amantes, todos de sus penas se quejan.
Paso las horas de la cita en el invierno
sobre las ascuas ardientes del deseo,
y como no, si estamos separados.
¡Que pronto me ha traído mi destino
lo que temía!, más las noches pasan,
y la separación no se termina, ni la paciencia
me libera, de los grilletes de la añoranza.
Que Dios riegue la tierra que sea tu morada,
con lluvias abundantes y copiosas.
Luís Cernuda

SI EL HOMBRE PUDIERA DECIR
Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo, dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería al fin aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.
Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina,
por quien el día y la noche son para mi lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu,
como leños perdidos que el mar anega o levanta,
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad porque muero.
Tú justificas mi existencia.
Si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.
( La realidad y el deseo)
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